Cinco días después de estallar la polémica por el beso en la boca a Jenni Hermoso y sus gestos obscenos en el palco de autoridades durante la final del Mundial femenino entre España e Inglaterra, Luis Rubiales se ha negado a dimitir como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Contra todo pronóstico, el máximo dirigente del fútbol español ha hecho oídos sordos a todas las críticas y las peticiones de dimisión de los últimos días y ha culpado a la «lacra» del «falso feminismo» por lo que él entiende como una «cacería» y un intento de «asesinato» contra su persona.
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